Estás experimentando síntomas leves de depresión, pero aún puedes mantener tu vida diaria. Puede haber días en que tu estado de ánimo esté más bajo de lo normal o que tu motivación disminuya, y puedes sentir fatiga con más frecuencia que antes. Sin embargo, todavía puedes mantener tu trabajo, estudios y relaciones hasta cierto punto. En esta etapa, es importante prevenir el empeoramiento de los síntomas a través de intervención temprana y autogestión adecuada.
Sentimientos leves de depresión o tristeza
Disminución del interés en algunas actividades
Problemas leves de sueño
Ligera fatiga
Dificultades leves de concentración
Cambios leves en el apetito
Ligera ansiedad
Estrés persistente
Falta de sueño
Comidas irregulares
Falta de ejercicio
Aislamiento social
Antecedentes familiares
Asegura tiempo de sueño regular
Comidas equilibradas
Establece un plan de ejercicio diario
Añade actividades de alivio del estrés
Participa en actividades sociales
Mantén un horario diario estructurado
Comunicación con familia y amigos
Actividades comunitarias
Grupos de apoyo en línea
Centros de salud locales
Grupos de autoayuda
Observa cuidadosamente los cambios en los síntomas
Mantén hábitos de vida regulares
Aumenta la comunicación con familia y amigos
Presta más atención al manejo del estrés
Comienza ejercicio ligero
Considera asesoramiento profesional
Obtén suficiente descanso y sueño
Haz ejercicio ligero o camina
Participa en más actividades agradables
Háblate positivamente a ti mismo
Pasa tiempo en la naturaleza
Prueba meditación o yoga