Los síntomas de depresión están afectando claramente tu vida diaria. La eficiencia en el trabajo disminuye, la participación en actividades sociales se reduce, y puedes tener dificultades en las relaciones con familia o amigos. La disminución de concentración, dificultad para tomar decisiones y baja autoestima pueden aparecer regularmente, y pierdes interés en actividades que antes disfrutabas. En esta etapa, se necesita una evaluación sistemática por un profesional e intervención terapéutica, y es un nivel en el que es posible recuperarse completamente con el tratamiento adecuado.
Sentimientos persistentes de depresión y desesperanza
Pérdida de interés en la mayoría de las actividades
Problemas de sueño (insomnio o hipersomnia)
Fatiga significativa y falta de energía
Disminución de concentración y memoria
Pensamientos negativos sobre uno mismo
Cambios en apetito y peso
Dificultades en las relaciones interpersonales
Antecedentes familiares
Estrés persistente
Experiencia de trauma
Enfermedad crónica
Abuso de sustancias
Aislamiento social
Dificultades económicas
Patrón de sueño regular
Comidas equilibradas
Plan de ejercicio diario
Actividades de alivio del estrés
Participación en actividades sociales
Asegura tiempo de autocuidado
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Minimiza los factores de estrés
Mantén hábitos de vida regulares
Continúa con ejercicio ligero regularmente
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